6 | 2015
Madrid, traces et tracés (1950-2000)

Une ville est un discours adressé à soi-même et aux autres. Elle cumule autant de récits que de cicatrices, autant de cicatrices que d’histoires, autant d’histoires enfouies dans son sol, dans les traces laissées par des occupations antérieures, par les usages privés, les topographies sentimentales, personnelles et collectives. C’est un complexe, pour employer le langage de la chimie, autrement dit une combinaison de récits qui s’assemblent en un discours unique. Ce document recueille les travaux présentés lors de la réunion scientifique internationale « Madrid, traces et tracés », organisée par Serge Buj à l’UFR Lettres de l’Université de Rouen, le 20 février 2015, avec le soutien du Laboratoire ERIAC.

Couverture de

6 | 2015

Historia de dos ciudades: Madrid vs. Barcelona de 1959 a 1980

Manuel Santirso


Résumés

Il y a eu opposition entre les villes de Madrid et Barcelone pendant la deuxième moitié de l’ère franquiste, période dite de « développement » qui commença en 1959 avec le Plan de Stabilisation économique pour s’achever en 1975, année de la mort du dictateur. En premier lieu le contraste entre ces deux réalités urbaines doit être défini à l’aide des outils spécifiques de la géographie, autrement dit les statistiques, les cartes et l’analyse des espaces vécus. Une fois soulignées les différences structurelles et fonctionnelles, elles sont mises en rapport avec le contexte politique et culturel de l’époque considérée, afin de mettre à jour d’éventuelles nouvelles différences ou ressemblances. Enfin, en dernier lieu est évoquée l’image que les habitants avaient de l’autre ville, souvent perçue comme rivale ou ennemie. Pour conclure, sont proposées quelques lignes de réflexion permettant de faire le lien entre cet affrontement et les tensions nationales que vit l’Espagne d’aujourd’hui.

Hubo contraposición entre las ciudades de Madrid y de Barcelona en la segunda mitad del franquismo, en la fase llamada del desarrollismo que transcurrió entre el Plan de Estabilización de 1959 y la muerte del dictador, en 1975. Se empieza definiendo el contraste entre esas dos realidades urbanas mediante un instrumental más propio de la geografía, a saber, estadísticas, mapas y análisis espaciales. Una vez que hayan quedado de manifiesto las diferencias de estructura y función de ambas ciudades, se las pone en relación con el contexto político y cultural del período elegido, de nuevo en busca de diferencias y similitudes. Por fin, se rastrea la imagen que los habitantes de cada una de las dos ciudades tenían de la otra, a menudo percibida como rival y hasta como enemiga. Se concluirá con algunas reflexiones que ligan este enfrentamiento a las tensiones nacionales de la actualidad.

Texte intégral

Debo comenzar este breve ensayo aclarando que no soy madrileño ni especialista en el franquismo, sino barcelonés y estudioso del reinado de Isabel II, en el siglo xix. Mi intervención en este seminario se debe tan solo a la amabilidad sin límites de Serge Buj, quien consideró que una visión forastera como la mía serviría de contrapunto. Además de muy breve, este contraste será impresionista y por momentos estará bajo el influjo de mis recuerdos de niñez y adolescencia. El ciclo político que hoy vivimos pesará en mis comentarios sobre tiempos recientes, para los que quisiera ofrecer algunos indicios de explicación no ideológica ni coyuntural, sino socioeconómica y estructural1.

1Ha de saberse de entrada que esos elementos de juicio se refieren a algo mucho más general, como son las relaciones que se establecen entre la capital y otras grandes ciudades de un país, un vínculo que adopta formas muy variadas en el tiempo y el espacio. Valgan como muestra algunos países europeos cercanos a España y, de nuevo para confrontar, ciertos países americanos con grandes urbes y organizados de manera federal. Con todos ellos he confeccionado una tabla que muestra las poblaciones de sus dos principales entes urbanos –por peso humano o político– a inicios, mediados y finales del siglo xx, así como algunas magnitudes relativas. Sus cifras servirán como arranque y como marco de referencia para definir el caso de Madrid y Barcelona, peculiar aunque no anómalo.

2Cualquier resumen de los datos más llamativos de la tabla de 1900 tiene que incluir la fortísima centralidad que ejercían ya Londres y Buenos Aires (con el 15,9 y el 19,3% de la población total de sus países), mayor incluso que la consabida de París. Por el contrario, Washington, la capital federal por excelencia, ostentaba unas dimensiones ínfimas, tanto absolutas (279 000 habitantes en un país de 76 millones) como comparadas con una Nueva York ya enorme. En lo que aquí toca, se debe retener que Barcelona y Nápoles contaban con una población parecida a la de sus respectivas capitales, Madrid y Roma : las cuatro en torno al medio millón de habitantes. No obstante, ha de recordarse que Roma era la capital de Italia desde hacía tres décadas y Madrid llevaba siéndolo de la monarquía española más de tres siglos.

3Véase la Figura 1 (“Primeras y segundas ciudades de varios países en 1900, 1950 y 2000-2001”)2 :

Fig. 1 Primeras y segundas ciudades de varios países en 1900, 1950 y 2000-2001

41900

ESTADO

CAPITAL

CIUDAD + POPULOSA NO CAPITAL

POB.

(mill.)

POB. (miles)

% sobre

Estado

POB.

(miles)

% sobre

capital

R. Unido

41,4

Londres

6.586

15,9

Glasgow

776

11,8

Francia

39,0

París

2.714

7,0

Marsella

491

18,1

España

18,6

Madrid

540

2,9

Barcelona

533

98,7

Italia

32,4

Roma

463

1,4

Nápoles

564

121,8

Alemania

56,0

Berlín

1.889

4,0

Hamburgo

706

37,4

EEUU

76,2

Washington

279

0,4

Nueva York

3.437

1.231,9

México

13,6

México

345

2,5

Guadalajara

101

29,3

Argentina

4,5

Buenos Aires

867

19,3

Rosario

92

10,6

Brasil

18,0

Rio de Janeiro

811

4,5

São Paulo

240

29,6

51950

ESTADO

CAPITAL

CIUDAD + POPULOSA NO CAPITAL

POB.

(mill.)

POB. (miles)

% sobre

Estado

POB.

(miles)

% sobre

capital

R. Unido

50,1

Londres

8.348

16,7

Birmingham

1.113

13,3

Francia

42,5

París

2.850

6,1

Marsella

661

23,2

España

28,1

Madrid

1.618

5,8

Barcelona

1.280

79,1

Italia

47,1

Roma

1.652

3,5

Milán

1.260

77,5

RFA

50,0

Bonn

135

0,3

Hamburgo

1.606

1.189,6

EEUU

151,9

Washington

802

0,5

Nueva York

7.892

984,0

México

25,8

México

2.234

8,7

Guadalajara

377

16,9

Argentina

16,8

Buenos Aires

4.722

28,1

Rosario

468

9,9

Brasil

51,5

Rio de Janeiro

2.377

4,6

São Paulo

2.198

92,5

62000-2001 (aglomeraciones urbanas, large urban zones)

ESTADO

CAPITAL

AGL. + POPULOSA NO CAPITAL

POB.

(mill.)

POB. (miles)

% sobre

Estado

POB.

(miles)

% sobre

capital

R. Unido

59,1

Londres

11.624

19,7

Manchester

2.512

21,6

Francia

61,4

París

10.952

17,8

Lyon

1.648

15,0

España

40,8

Madrid

5.372

13,2

Barcelona

4.804

89,4

Italia

57,0

Roma

3.700

6,5

Milán

3.904

105,5

Alemania

82,3

Berlín

4.935

6,0

Hamburgo

3.079

62,4

EEUU

285,0

Washington

3.949

1,4

Nueva York

17.813

451,1

México

105,3

México

18.457

17,5

Guadalajara

3.724

20,2

Argentina

37,3

Buenos Aires

12.407

33,3

Córdoba

1.348

10,9

Brasil

177,0

Brasilia

2.932

1,7

São Paulo

17.014

580,3

7Las intensas centralidades de 1900 se incrementarían a mediados del siglo xx, y a ellas se iba a añadir la ejercida por la Ciudad de México. En sentido opuesto, y por circunstancias históricas muy especiales, Bonn engrosó el grupo de pequeñas capitales federales en el que estaba Washington. Por otro lado, hacia 1950 se localizan tres pares de ciudades de dimensiones comparables, aunque la capital goce de cierta ventaja : nuestra pareja Barcelona-Madrid, la compuesta por Roma y ahora Milán y la formada por Rio de Janeiro y São Paulo. Ha de notarse que esta última situación iba a durar poco, ya que la capitalidad federal de Brasil pasaría de Rio a Brasilia en 1960.

8A comienzos del siglo xxi, la realidad urbana desborda ampliamente los límites administrativos, y por eso la tabla correspondiente ya no aporta datos de ciudades, sino de unas aglomeraciones urbanas de fronteras imprecisas. Con la precaución que eso impone, se observará el gran crecimiento de todas las urbes seleccionadas, y muy en especial de las megalópolis de más de diez millones de almas (Londres, París, Nueva York, México, Buenos Aires y São Paulo), bajo el signo general de la concentración de la población del país. Incluso capitales federales que se habían distinguido por su pequeñez (Brasilia y Washington, en parte Berlín) exhiben dimensiones muy respetables. Persisten dos parejas europeas de aglomeraciones en rivalidad : Roma-Milán y Madrid-Barcelona. Sin embargo, la urbe milanesa ha llegado a superar a la romana, mientras que la madrileña se ha distanciado de la barcelonesa.

9Así pues, y como señalaba más arriba, la bicefalia urbana española no ha sido ni es única en el mundo, pues entre otras han existido también una italiana y una brasileña. Nótese, sin embargo, que esta última se quiso resolver mediante una capital federal ex novo y que la capital de Italia ha frenado su centralidad sin que haya habido que recurrir a una arquitectura estatal de ese género. En España se ha adoptado un esquema cuasifederal, y sin embargo la capital no ha cesado de crecer. Se diría que ha ocurrido lo que en Buenos Aires o México... si no fuera por Barcelona.

Evolución de Madrid y Barcelona hasta 1980

10Un análisis más cuidadoso revela la existencia de dos entes urbanos de rango similar, aunque de evolución muy distinta. De nuevo hay que tener presente que las lindes administrativas siguen con cada vez más retraso a las realidades urbanas y se ajustan muy mal a ellas. No cuenta solo la población que vivía dentro de los términos municipales de Barcelona y Madrid en las fechas consideradas, sino también la que moraba en unas áreas de influencia concéntricas y cada vez más difusas : las agrupaciones de municipios en áreas metropolitanas y las provincias.

11Las agregaciones y absorciones de municipios constituyen la prueba más clara de ese progresivo desajuste entre límites administrativos y reales, puesto que buscan resolverlo. Barcelona conoció la primera y hasta ahora única de esas operaciones en 1897, cuando incorporó las villas de Gràcia y Sants y los municipios de Les Corts de Sarrià, Sant Gervasi de Cassoles, Sant Andreu de Palomar y Sant Martí de Provençals. La ciudad pasó entonces de 14 a los 98 km2 actuales y, como indican los datos previos, casi duplicó su población.

12En Madrid se llevaría a cabo una actuación del mismo tipo mucho más tarde, ya bajo el franquismo. La Villa y Corte incorporó en 1947 Chamartín de la Rosa ; en 1948, los dos Carabanchel, Alto y Bajo ; en 1949, Barajas, Hortaleza, Canillas, Canillejas y Aravaca ; en 1950, Vicálvaro, Fuencarral, Vallecas y El Pardo, y por fin en 1954, Villaverde. Las consecuencias no fueron menos espectaculares para la superficie del término municipal madrileño, que prácticamente se decuplicó : de 66 a 606 km2.

13La expansión demográfica de Barcelona en un territorio mucho menor y acotado por accidentes físicos podría haber dado lugar a una nueva agregación desde los años 1960, al menos con los municipios colindantes y a veces de urbanización contigua de L’Hospitalet de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet, Sant Adrià de Besós y Badalona ; pero esta nueva ampliación no se verificó. Para quienes creen en la permanente inquina del Estado español contra Barcelona y, por extensión, contra Cataluña, el régimen franquista habría querido evitar que la Ciudad Condal superase en población a Madrid. Sin embargo, la razón parece haber residido más bien en que por aquellos días las agregaciones ya se habían descartado en todas partes como solución.

Fig. 2 Superficies comparadas de Madrid y Barcelona

Image 1000020100000385000001E1DA983F2B.png

14Incluso la administración franquista tenía conciencia de la expansión imparable de las ciudades y de la necesidad de darle cauce administrativo, pero este no pasaba por el aumento de dimensiones de un municipio hasta hacerlo inmanejable3. Si en Francia se dividió el antiguo departamento del Sena en cuatro partes entre 1964 y 1968, en España se promulgó el primero de esos años el decreto de creación del Área Metropolitana de Madrid, que abarcaba un total de 23 municipios para la planificación de servicios urbanos4. Una década después y con los mismos fines, otro decreto crearía la Entidad y Corporación Municipal Metropolitana de Barcelona, que comprendía 27 municipios más parte de otro5.

15Por último, las demarcaciones provinciales resultan muy útiles para el presente ensayo pese a su antigüedad, que con algún retoque se remonta a 1833. Las provincias de Barcelona y de Madrid presentan tamaños similares y en ellas actúan algunas fuerzas económicas y sociales comunes. Por desgracia, esa división se ha abandonado en muchas estadísticas oficiales y retrospectivas, que se refieren anacrónicamente a unas comunidades autónomas que solo existen desde finales de los años setenta6. Muy a mi pesar, eso me obligará a veces –las menos posibles– a una comparación Madrid-Cataluña geográficamente incorrecta y políticamente sesgada.

16Una vez hechas todas esas precisiones, la tabla y la gráfica que preceden muestran a las claras el crecimiento continuo de las dos urbes y sus áreas de influencia. Sin embargo, el virtual empate de población entre las dos ciudades estrictas que rigió hasta 1940 (justo después de la Guerra Civil) se deshizo poco después con las agregaciones madrileñas y dio paso a una creciente divergencia en favor de la capital. Ocurrió lo mismo con las respectivas áreas metropolitanas y en virtud de idénticas fuerzas. Por fin, la superioridad demográfica de la provincia de Barcelona sobre la de Madrid fue reduciéndose hasta desaparecer, primero, y convertirse en inferioridad, después. El imaginario popular lo asoció al final del sistema de numeración de las matrículas de automóviles con las seis cifras correlativas tras la inicial de la provincia7.

Fig. 3 Población de Barcelona y Madrid, de 1887 a 1981 (en miles de habs.)8

1887

1900

1920

1940

1960

1981

BARCELONA

Ciudad administrativa

272

533

710

1.081

1.558

1.755

Entidad Metropolitana (1974)

(1.967)

2.911

Provincia (7.728 km2)

903

1.055

1.349

1.932

2.879

4.623

MADRID

Ciudad administrativa

470

540

751

1.089

2.260

3.188

Área Metropolitana (1964)

(2.360)

4.011

Provincia (8.027 km2)

683

775

1.068

1.550

2.604

4.687

17Ese crecimiento durante todo el siglo xx solo fue posible gracias al aporte de la emigración interior, que arrojó saldos casi iguales para la provincia de Madrid y el conjunto de las cuatro catalanas. En efecto, esos balances registraron un aporte neto de 231 000 personas para Madrid y 240 000 para Cataluña en las dos décadas de 1901 a 1920; de 327 000 y 395 000 respectivamente en 1921-1940 ; de 688 000 y 729 000 en 1941-1960 y de 1 001 000 y 1 012 000 en 1961-19809.

Una división de funciones cambiante

18La concentración industrial en Cataluña –más bien en la provincia de Barcelona– la convirtió en la fábrica de España desde el siglo xix. El tópico mantuvo gran parte de verdad hasta la segunda mitad de la dictadura franquista, los años del desarrollismo, por más que entonces se levantasen fábricas en muchas partes del territorio español que habían carecido de ellas. Entre esas nuevas áreas industrializadas figuró también la provincia de Madrid, como enseña la tabla infra.

19Se notará que, con leves altibajos, el valor añadido bruto (VAB) industrial aportado por la provincia de Barcelona se mantuvo estable desde antes de la II República hasta después del franquismo. Correlativamente, el peso del sector secundario en el PIB español alcanzó su límite superior a finales de la dictadura, puesto que ascendió al 36,9% del total en 1970, frente al 34,8% que había ostentado en 196010. En términos humanos, eso significó que en la provincia de Barcelona vivían unos 830 000 trabajadores industriales (el 48% de su población activa), mientras que en la de Madrid habitaban menos de 450 000 (el 27% de su población activa). La industria tuvo también mucho que ver con la energía eléctrica, a cuya producción total la provincia de Barcelona aportó el 7,2% en 1975 y de la que consumió el 13,6%, mientras la provincia de Madrid produjo una cantidad inapreciable y consumió el 10,7%11.

Fig. 4 – Porcentaje del Valor Añadido Bruto (VAB) industrial de las provincias de Barcelona y Madrid sobre el total español, 1930-200012

BARCELONA

MADRID

1930

24

7

1940

23

7

1950

20

8

1960

24

10

1970

23

12

1980

21

13

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20El fin del régimen franquista fue a coincidir con el fin de los treinta –en España apenas quince– gloriosos años económicos de mediados del siglo xx y con una nueva aceleración de los procesos mundiales de terciarización y de hegemonía del capital financiero sobre el industrial. En 1980, la aportación del sector secundario al PIB español ya estaría en dos décimas menos, el 36,7%. Madrid había ganado peso industrial entretanto aunque, como se verá más adelante, esa tendencia se frenaría.

21La ratio entre los aportes al PIB español de las provincias de Barcelona y Madrid cambió muy poco entre 1957 y 1975, aunque esa riqueza conjunta se multiplicase por más de tres en ese lapso13. En la primera fecha, a Barcelona le correspondió el 14% del total y a Madrid el 15%, mientras que en la segunda les tocaron, respectivamente, el 16 y el 17%14, con lo que el peso de ambas sumadas creció sobre el conjunto del territorio español.

22A todo esto, el Estado que lo gobernaba iba aumentando de tamaño de forma perceptible, aunque al final del período siguiera lejos de los niveles europeos próximos. Una vez más, lo ilustra una tabla :

Fig. 5Porcentaje de gastos de las Administraciones Públicas sobre el PIB en varios países europeos, 1960-198015

AÑO

Alemania

Francia

Italia

Reino Unido

ESPAÑA

1960

35,0

52,4

-

43,6

14,8

1970

36,8

51,0

43,3

53,2

20,1

1980

48,6

50,6

48,2

47,2

32,3

23Muy en síntesis, este baile de cifras revela ante todo que las áreas de influencia de Madrid y Barcelona conservaron y hasta aumentaron ligeramente su primacía conjunta sobre la riqueza nacional durante la segunda mitad del franquismo, si bien el aumento de población fue mayor en Madrid, y por lo tanto su PIB per cápita creció menos. Barcelona continuó siendo hegemónica en lo industrial, pero Madrid ganó peso en este sector, mientras albergaba el núcleo de un Estado y una administración en crecimiento.

Imagen propia y ajena de dos metrópolis rivales

24Como para compensar la creciente importancia demográfica y económica de Madrid, Barcelona ostentó en los años 1960 y 1970 el liderazgo cultural, aunque este se asentó sobre bases muy distintas al de inicios del siglo. Desde luego, esa hegemonía no se dio en la alta cultura, donde la producción madrileña –o del resto de España, trasladada a Madrid– presentó igual o superior nivel. Así ocurrió en pintura con el grupo Dau al set y el grupo El Paso, en la música culta con Xavier Monsalvatge por parte catalana y Carmelo Bernaola o Luis de Pablo en la madrileña (de adopción), en el jazz con Tete Montoliu vs. Pedro Iturralde (navarro) o Juan Carlos Calderón (cántabro)...

25La censura franquista y la falta de industria quizá expliquen que no surgiera una nouvelle vague ni en Barcelona ni en Madrid. La llamada escuela de Barcelona no es equiparable a este movimiento ni por dimensiones ni por influencia, y meritorios filmes anteriores como Los Tarantos (Francisco Rovira Beleta, 1963) o La piel quemada (Josep Maria Forn, 1967) no habían propugnado nuevos códigos estéticos. Otro tanto podría decirse de los mejores cineastas que trabajaban en Madrid, los Mario Camus, Luis García Berlanga, Carlos Saura o Juan Antonio Bardem (solo el último madrileño).

26Sin embargo, Barcelona hizo valer una primacía editorial que contaba con siglos de antigüedad16. La reverdecieron nuevos sellos como Destino o Seix Barral, que lanzaron la producción literaria del momento, la impulsaron mediante premios e hicieron que fijara un nuevo canon. Les siguieron Anagrama y Tusquets, regidas respectivamente por Jorge Herralde y Beatriz de Moura. Este dinamismo editorial renovado, inseparable del de agentes literarios como Carmen Balcells, está en el origen del boom de la literatura latinoamericana, que sin embargo se gestó en Barcelona. En esa ciudad vivieron a finales de los sesenta e inicios de los setenta Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, José Donoso, Jorge Edwards y Sergio Pitol17. Al mismo tiempo, la literatura local mostró gran vitalidad, y tanto por sus autores en catalán (Montserrat Roig, Terenci Moix, Gabriel Ferrater) como en castellano (Juan Marsé, Jaime Gil de Biedma, Ana María Matute, los hermanos Goytisolo...).

27La primacía editorial barcelonesa actuó también como causa y a la vez consecuencia de la superioridad de Barcelona en la cultura de masas y la subcultura. En Barcelona radicaba Editorial Bruguera, que dominó casi por completo el mercado del cómic con sus tebeos : DDT, 1964-1977 ; Din Dan, desde 1965 ; Bravo desde 1968 ; Gran Pulgarcito desde 1969 ; Mortadelo desde 1970 ; Lily desde 1970 ; Zipi y Zape desde 1972. Además de historietas de autores nacionales, estas revistas incorporaban entregas de series francesas o belgas como Astérix o Blueberry. También eran de Bruguera tebeos monográficos como El Jabato, El Corsario de Hierro, y sobre todo El Capitán Trueno (1959-1968), que con 350 000 ejemplares semanales llegó a ser el cómic más vendido de España. Contra lo que pueda suponerse, Víctor Mora, su guionista y militante del clandestino PSUC, se las apañó para sortear la censura y elaborar un producto alejado del españolismo triunfalista al uso. Por otra parte, la asimismo barcelonesa Ediciones Vértice importó y tradujo en los primeros setenta los cómics de la factoría norteamericana Marvel, mientras Superman y Batman seguían llegando en la versión mexicana de Editorial Novaro. El nivel artístico más exigente lo cubrió Selecciones Ilustradas, dirigida por Josep Toutain. Se publicaron también cómics en catalán, en revistas como Cavall Fort (desde 1961), que incorporó traducidos cómics franceses y belgas (Achille Talon, Les Schtroumpfs, Spirou, Lucky Luke...), y Tretzevents (1951-2011, nacida en Solsona bajo los auspicios del obispado, pero trasladada a Barcelona en 1963), la cual introdujo en sus páginas a Spirou y Tintín.

28Finalmente, la potencia del sector editorial hizo posible la aparición de una prensa algo más libre y todo lo crítica que la censura gubernamental permitía. Su primer exponente fue el diario Tele/eXprés (1964-1980, dirigido por Manuel Ibáñez Escofet), al que siguió Mundo Diario (1974-1980). En estas publicaciones se formaron y periodistas como Manuel Vázquez Montalbán y dibujantes satíricos como Jaume Perich, que junto a Juan Marsé, Maruja Torres, Josep Ramoneda, Antonio Álvarez Solís y otros colaboradores barceloneses y madrileños alumbraron las publicaciones satíricas –canallescas, en el lenguaje del régimen– de gran tirada El Papus (1973-1986) y Por Favor (1974-1978). Muchos de estos periodistas, junto a intelectuales, cantantes y activistas políticos de la oposición clandestina frecuentaron la discoteca Boccaccio, icono de la que se conoció como gauche divine y por extensión de la Barcelona que aquí se describe18.

29En los sesenta y primeros setenta el pop, rock y otros géneros musicales populares se convirtieron en artículos de gran consumo en grabaciones discográficas y magnetofónicas. Apenas cabe sorprenderse de que surgieran en Barcelona buena parte de las compañías que los comercializaron, como Belter (1954-1984, de Isabel y Teresa) o Edigsa (1961-1983). Esta última discográfica representó un importante papel en la difusión de la Nova cançó catalana, que encuadró a una gran cantidad de artistas de alta calidad y larga trayectoria, como Lluís Llach, Joan Manuel Serrat, Raimon, Maria del Mar Bonet o Francesc Pi de la Serra. Lo mismo que en el cómic, en ella se hizo notar la influencia de artistas franceses y belgas, en especial de Charles Trenet, Jacques Brel, Georges Brassens y Léo Ferré. Una vez más, sin embargo, la Nova Cançó no agotaba el panorama de la música popular de una urbe caracterizada por la variedad y la mezcla : también conoció el favor popular la música por excelencia de la ciudad, la rumba catalana, casi siempre interpretada por artistas gitanos como Antonio González, Maruja Garrido, Rumba Tres y sobre todo Peret, el rey del género19. Aún existía una Barcelona flamenca y taurina, con dos plazas explotadas por los empresarios Pedro Balañá padre e hijo.

30Mal que me pese, no debo cerrar este repaso a las manifestaciones de la cultura de masas sin ocuparme del fútbol, que en la época aquí tratada se convirtió en metáfora de las tensiones territoriales españolas que hoy persisten. Aunque no todo es Barça en Cataluña, y entonces como ahora también viven en ella merengues (seguidores del Real Madrid) y periquitos (del RCD Español), el FC Barcelona se convirtió en més que un club justo en estos años. Tras el mandato presidencial de Enric Llaudet (1961-1967), que regularizó las finanzas del club, Narcís de Carreras (1968) ya se orientó hacia la catalanización de la entidad, que se volvió muy ostensible en el período de Agustí Montal (1969-1977), vinculado al futuro President de la Generalitat Jordi Pujol20.

31En coincidencia con la efervescencia política y cultural de la época, ese club y sus vicisitudes sirvieron para elaborar una mítica victimista que remitía a la derrota de Guerra Civil de 1936-1939 y a la derrota por antonomasia, la del 11 de septiembre de 1714. El primer equipo del Barcelona había ganado los torneos de liga de 1958-1959 y de 1959-1960, pero no volvería a hacerlo hasta la temporada 1973-197421. En los años intermedios se sucedieron varios incidentes que sobrepasaron lo deportivo y llegaron a inquietar al régimen, como ocurrió en 1968 con unas declaraciones anticatalanas del presidente del Real Madrid Santiago Bernabéu y sobre todo en 1970, con los errores –trampas, según la visión barcelonista– arbitrales de Emilio Guruceta en la final de la Copa del Generalísimo de 1969-1970, que hubo de ser suspendida a falta de cinco minutos porque el campo había sido invadido por el público.

32La insistencia de los aficionados y directivos del Real Madrid en que su primer equipo de fútbol había ganado cinco Copas de Europa (1956, 1957, 1958, 1959, 1960 ; más luego 1966) no solo pretendía demostrar la grandeza del club, sino desmentir la especie de que Barcelona era una ciudad de talante europeo y Madrid seguía anclada en un espeso casticismo. El dominio interior se daba por sabido, ya que entre la campaña 1960-1961 y la 1972-1973, el Real Madrid ganó nueve veces el torneo de Liga. Presidido por el inefable Santiago Bernabéu desde 1943 hasta su fallecimiento en 1978, el club devino parte del panteón del franquismo, que lo usó como transmisor de su versión del nacionalismo español22.

33En Barcelona y otros muchos lugares de España predominaba la percepción de que la ciudad de ese club (Madrit, pronunciado a la catalana) era la sede del régimen y su emanación, por lo que se borraron las imágenes de la ciudad moderna del primer tercio de siglo y de la ciudad mártir de la Guerra Civil de 1936-1939. La arquitectura oficial reforzó esa impresión con los edificios de los ministerios o, ya en la sierra, el Valle de los Caídos. Jaume Perich resumió tal prepotencia con una de sus máximas, “Lo malo que tiene Madrid es que no se considera únicamente la capital sino lo capital”23.

34Publicaciones progresistas de referencia como Triunfo y la tardía Hermano Lobo, eran la excepción en una prensa madrileña copada por medios conservadores y católicos (ABC, Ya) o vinculados al entramado institucional de la dictadura (Pueblo, Arriba, Informaciones, El Alcázar). El sector editorial se adormecía en comparación con Barcelona, ya porque contaba con una capacidad y una tradición empresariales mucho menores, ya porque la abrumadora presencia del poder y la censura coartaba cualquier iniciativa comprometida. Sirva como ejemplo Trinca, una excelente revista de cómics publicada por Editorial Doncel y promovida por el Frente de Juventudes, que se vendía a precios prohibitivos y por eso solo apareció entre 1970 y 1973.

35La “Nueva Canción Castellana” (Nino Sánchez, Julia y Rosa León, Luis Pastor, Elisa Serna, ¿Luis Eduardo Aute?) tampoco tuvo el impacto y la capacidad de convocatoria de la Nova Cançó, al tiempo que el pseudoflamenco de consumo se erigía en indigno sucesor de la copla de posguerra. En cine, las comedias de baja calidad llamadas popularmente españoladas reincidían en la imagen de cerrazón, atraso cultural y lejanía moral respecto a Europa.

36A partir de 1956, el franquismo dispuso de un medio de comunicación de enorme potencia, que por supuesto aprovechó para proyectar una imagen positiva del régimen y para adoctrinar. Me refiero a la televisión estatal TVE, que retendría el monopolio de emisión hasta 1982-1983, cuando entraron en funcionamiento las primeras televisiones autonómicas. De nuevo Jaume Perich resumió de forma magistral el papel dominante que se asignó a Madrid en la pequeña pantalla. Puesto que la televisión emitía entonces en blanco y negro –igual que el noticiario cinematográfico NO-DO–, la España que se veía era por fuerza gris.

37Al otro lado del espejo, en Madrid cundía el clisé de los catalanes mercaderes, avaros y desleales ; peseteros, nunca más propiamente. El estereotipo contaba además con la prueba de la presencia de catalanes en las áreas económicas de la administración franquista, mucho más nutrida que en la actualidad. Contra el tópico simétrico y hasta hoy muy vigente de una Cataluña totalmente antifranquista, importa recalcar que existió también una Cataluña franquista y que, con mayor o menor gusto de sus miembros, la elite económica catalana colaboró con el régimen mientras éste duró24. El director Luis García Berlanga y el guionista Rafael Azcona trazaron un retrato muy fiel de ese burgués catalán y franquista velis nolis con su Jaime Canivell de La escopeta nacional (1978), una de las más certeras reflexiones sobre la España del desarrollismo que se hayan expuesto.

¿Y después de la dictadura?

38Aunque el seminario en que se inserta este ensayo se centre en el franquismo, es casi inevitable preguntarse si han permanecido los rasgos de la relación Madrid-Barcelona tal y como entonces se estableció. Se recordará también que el primer grupo de datos expuesto llegaba hasta 2001, así que al menos tendré que justificar sus cifras. La tabla y la gráfica siguientes ofrecen su génesis y las matizan.

39En ellas se ha incluido una nueva manera, más geográfica que administrativa, de fijar los límites de la ciudad real mediante la red de Metro, que en 1973 rebasó los términos municipales de Barcelona y en 2003, los de Madrid25.

Fig. 6 – Población de Barcelona y Madrid, de 1981 a 2011 (en miles de habitantes)

1981

2001

2011

BARCELONA

Ciudad administrativa

1.755

1.504

1.602

Red de Metro*

2.140

2.174

2.197

Entidad Metropolitana (1974)

2.911

2.837

3.239

Aglomeración Urban Audit (1.796 km2)

4.440

Provincia

4.623

4.806

5.488

MADRID

Ciudad administrativa

3.188

2.939

3.186

Red de Metro**

3.188

2.939

4.426

Área Metropolitana (1964)

4.011

4.174

5.487

Aglomeración Urban Audit (8.022 km2)

5.804

Provincia

4.687

5.423

6.387

* El Metro barcelonés llegó en 1973 a L’Hospitalet de Llobregat y a Cornellà de Llobregat, cubriendo así una superficie municipal de 119 km2 ; en 1983, alcanzó Santa Coloma de Gramenet, y en 1985, Sant Adrià de Besós y Badalona, hasta cubrir 151 km2.

** En 2003, el Metro madrileño llegó a Alcorcón, Fuenlabrada, Getafe, Leganés y Móstoles, y en 2007, a Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, Coslada y San Fernando de Henares, hasta dar servicio a 1.001 km2. Las áreas metropolitanas aquí empleadas no coinciden con las más extensas que se manejan en el estudio Áreas urbanas + 50. Información estadística de las grandes áreas urbanas españolas 2012, Madrid, Ministerio de Fomento, 2013. Este, sin embargo, resulta de enorme interés para los propósitos que aquí se persiguen.

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40La red de Metro refleja mejor la dinámica de las realidades metropolitanas aquí descritas desde 1975 que los entes administrativos al efecto, que han languidecido desde entonces. El Área Metropolitana de Madrid no llegaría nunca a adquirir entidad administrativa, primero por el dominio de la ciudad de Madrid y después porque la Comunidad Autónoma de Madrid se nutrió de sus eventuales competencias. La Corporación Metropolitana de Barcelona, en cambio, llegó a conocer algún desarrollo, interrumpido desde la década de 1980 por la Generalitat de Catalunya dominada de 1983 a 2003 por los nacionalistas, quienes vieron en el organismo metropolitano un molesto contrapoder. La coalición de izquierdas que les remplazó hasta 2010 impulsó ese año una nueva Ley del Área Metropolitana de Barcelona extendida a 36 municipios26 ; pero el retorno de los nacionalistas ha vuelto a impedir su despliegue.

41Esas aproximaciones iluminan distintas facetas de la evolución reciente de Madrid y Barcelona, en parte común a la que han conocido algunas urbes no españolas, como París. En primer lugar, y con independencia de su tamaño, las dos ciudades estrictas sufrieron una merma de población entre 1981 y 2001, debida al cese del flujo migratorio interior, al encarecimiento del suelo y al consiguiente traslado –sobre todo de parejas jóvenes– hacia la primera y segunda coronas metropolitanas de Madrid y la segunda y tercera de Barcelona. Eso explica que no se llegue al descenso en la red de Metro barcelonesa y que la madrileña, que rebasó más tarde las fronteras de la ciudad, exhiba la curva que más sube entre 2011 y 2010. La principal causa de la disparidad de comportamientos entre las dos áreas metropolitanas radica en su gran diferencia de superficies, y por lo tanto de funciones urbanas. De otro modo no se entendería que haya aumentado la población en ambas provincias, aunque la de Madrid ha consolidado la primacía que alcanzara a comienzos de esta fase.

42Tanto en Madrid como en Barcelona, el aumento de población de la provincia y la recuperación de la ciudad estricta en 2001-2011 se lo deben casi todo a la inmigración exterior, un fenómeno casi inédito en España, país de emigrantes en época contemporánea. Las dos urbes recibieron un aporte humano del extranjero muy semejante en volumen y ritmo hasta 2008 ; después, sin embargo, la recesión económica revirtió la tendencia y se inició el retorno, con lo que el saldo migratorio exterior se situó en - 162 912 personas en Barcelona y - 174 890 en Madrid para el quinquenio 2009-2013. El movimiento de población interior se había anticipado a esa tendencia y ya en 2008 Barcelona tuvo un saldo migratorio interprovincial de - 7948 personas y Madrid, de - 10 013 ; no obstante, el quinquenio 2009-2013 contuvo dos partes bien diferenciadas : en el bienio 2009-2010 ambas ciudades tuvieron un saldo negativo (de - 13 071 en BCN y de - 15 177 en Madrid), pero las tornas cambiaron en 2010-2011 y en el trienio 2011-2013 Barcelona registró un saldo de – 1054 personas y Madrid, uno de 36 07927. La valoración de esta nueva disparidad queda para el debate, en el que no pueden faltar consideraciones sobre la política catalana reciente28.

43La provincia de Barcelona ha mantenido el liderazgo industrial del país también después de la muerte de Franco. En 1990 y 2000, aportó el 20% del VAB industrial español y la de Madrid, el 12%, las dos un punto menos que en 198029. No obstante, la industria sigue su caída sobre el conjunto del PIB español, igual que en todos los países desarrollados. En 1995, ya solo ascendía a un 30%, mientras que el sector terciario alcanzaba el 65,2 ; pues bien, el 76,6% del PIB de la Comunidad de Madrid procedía del terciario, mientras que en Cataluña venía de él solo el 62,230.

44El reparto provincial de esa riqueza nacional no experimentó cambios de 1977 a 1997 : a la provincia de Barcelona le correspondió siempre un 15% del total y a la de Madrid, un 16%, las mismas cantidades que en 197331. En 2010, sin embargo, el PIB a precios corrientes de Madrid alcanzó el 18% del nacional y el de Barcelona se quedó en un 14%. Desde entonces se adivina otra divergencia. Ahora bien, como la población de Madrid ha aumentado mucho, el PIB per cápita relativo se ha reducido en Barcelona (índice 124 en 1980 y 1997, pero 117 en 2000) y solo se ha mantenido en Madrid (índice 130 en 1980 y 2010)32.

45Con pocas salvedades, las diferencias de riqueza entre comunidades autónomas se han acortado. Da la impresión de que el sistema autonómico, hoy criticado desde distintas posiciones, ha contribuido no poco a la redistribución de la renta33. Ha sido así porque, tras largas y duras negociaciones, la administración central ha reducido su parte en el erario público hasta alcanzar niveles propios de un régimen federal. En 2010 solo se llevaba el 20,6% del PIB, frente al 16% de Alemania (el Estado federal de referencia en Europa), el 25,3 de Francia, el 29,1 de Italia y el 44,9 del Reino Unido. Lo hacía, además, en un total de gasto público similar al de esos países :

Fig. 7 – Porcentaje de los gastos de todas las administraciones públicas en relación al PIB en varios países europeos, 1870-200034

Alemania

Francia

Italia

Reino Unido

España

1980

48,6

50,6

48,2

47,2

32,3

1990

46,6

50,7

50,7

43,9

42,7

2000

45,9

52,8

46,9

40,2

39,4

2010

47,2

56,4

49,9

48,6

45,6

46No existe, en suma, base estadística sólida para hablar de recentralización, al menos de momento, lo que no obsta para que sea pública y notoria la proclividad hacia ella del Partido Popular, actualmente en el Gobierno nacional.

47Pese a la creciente disponibilidad de recursos para las administraciones autonómica y municipal, en los años ochenta cundió una sensación de decadencia y estancamiento en Barcelona, no solo en lo económico, sino sobre todo en lo cultural. El filósofo y escritor Félix de Azúa certificó en un artículo muy célebre la defunción del liderazgo en ese aspecto del que la ciudad había gozado en el tardofranquismo :

Y es que ya todo pasa en Madrid. No sólo exponen cosas de El Greco y Henry Moore, sino también de los nuestros. Además tienen conciertos de verdad, ópera, teatro, librerías como las de París, y una vida callejera que no ha podido aplastarla ni la junta central del fascio, que es otro espectáculo de la capital. / Barcelona, en cambio, ya no es aquel escandaloso mestizaje de chavas y saltataulells (imposible de traducir : “trepadores”, “grimpas”, “lameculos”...), cuya mejor expresión es la poesía de Jaime Gil de Biedma, las primeras novelas de los Goytisolo y de Marsé, el sonido del Dúo Dinámico, la Cripta Embrujada y la ginebra Giró. La razón es simple : la política cultural catalana, en lugar de estar en manos de José María Castellet, que es el hombre sabio, está en manos de unos ferósticos embarretinados [...]. / El caso es que Barcelona está yéndose a pique. Que sus noches son cada vez más breves, y una tristeza de perdedores de Liga se va amparando en las Ramblas. Que esa insoportable ñoñería que los forasteros llaman seny, y que es un defecto de las capas más prehistóricas de la burguesía catalana, está acabando con la ironía, que es la única virtud del pueblo catalán que ha dado muestras de verdadero talento35.

48El tiempo parece haberle dado la razón en su diagnóstico y en su vaticinio, al menos en lo tocante a la alta cultura. Se diría que en esto Madrid le ha ganado la partida a Barcelona : el Museu Nacional d’Art de Catalunya no puede rivalizar con la milla de oro pictórica de la capital, la temporada de ópera en el Real aventaja a la del Liceo, las exposiciones más esperadas suelen pasar antes por Madrid que por la ciudad condal (incluso en el espacio de CosmoCaixa), el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona resiste, pero foros como el Círculo de Bellas Artes sigue haciendo buena la frase de Ortega sobre las conferencias en Madrid a las siete de la tarde.

49En Cataluña, mientras tanto, la Generalitat casi siempre bajo CiU ha explotado a conciencia los medios de comunicación públicos surgidos a su amparo (la Corporació Catalana de Ràdio i Televisió, con TV3 y Canal33 como piezas esenciales) ha impuesto cuotas de emisión en los privados (sobre todo en las radios) y, so capa de promoción de la lengua catalana, subvenciona –y por ello controla– gran parte de la prensa escrita (La Vanguardia, El Periódico de Catalunya, Ara, El Punt-Avui...). Imagínese que, además de disponer a su antojo de Telemadrid, el Gobierno de aquella Comunidad otorgara generosas subvenciones a, supongamos, los diarios ABC y El Mundo y se obligara a que las radios emitieran música de los grupos al gusto del PP, que lleva gobernando en la Comunidad desde 1995 y el Ayuntamiento desde 1991.

50Como ya ocurrió bajo el franquismo, la cultura de masas ha pervivido al margen de la propaganda oficial. Valga como ejemplo que, si bien el cómic local ha decaído, los mayores eventos anuales del sector, el Salón de Cómic y el Salón del Manga, se celebran en Barcelona, y en la edición de 2014 él último obtuvo nada menos que 130 000 visitantes.

51Madrid ha recortado mucha distancia respecto a Barcelona en cuanto a producción editorial, en parte porque un rápido proceso de concentración y compra de empresas ha generado grupos tan potentes como PRISA o Anaya. No obstante, Barcelona sigue siendo la primera ciudad de España por facturación en ese ramo y la sede del grupo Planeta, el séptimo del mundo. Como el soporte de papel se bate en retirada frente al audiovisual, Planeta ha entrado en el terreno de la televisión privada después de haberse hecho con el control de periódicos tan opuestos como El Punt-Avui (nacionalista-independentista) y La Razón (conservador... y madrileño).

52La movida musical madrileña de los años 1980 recogió el testigo de Barcelona que Barcelona perdió y no ha recobrado. Las instituciones catalanas contraatacaron promoviendo el llamado rock (en realidad pop) català, muy inferior a la Nova Cançó en calidad musical y poética. Sin ayudas públicas, se ha visto la resurrección –si alguna vez hubo muerte– de la rumba catalana, ahora cantada por payos (Estopa, Macaco, Ojos de Brujo, El Niño de la Hipoteca...), pero como siempre en castellano.

53La identificación de este género mestizo con una ciudad que también lo es fue escenificada en los Juegos Olímpicos de 1992 con el grupo Los Manolos, formado para la ocasión. Estos Juegos no solo fueron los únicos rentables en décadas, sino que además proporcionaron a la ciudad una proyección exterior que aún le reporta grandes beneficios. Cabe suponer que por eso el Ayuntamiento de Madrid ha intentado hacerse con los Juegos tres veces. Sin embargo, el cosmopolitismo inherente al acontecimiento y la inevitable asociación Barcelona-España disgustó a los partidos nacionalistas catalanes y al president Pujol en persona. En cierta medida, la ofensiva nacionalista de los últimos años puede interpretarse como una reacción tardía contra esa Barcelona tan poco catalana, cuyo Ayuntamiento por fin ha conquistado Convergència i Unió.

54Por supuesto, también hay fútbol, muchísimo fútbol, hasta alcanzar el grado de enfermedad social. El FC Barcelona y el Real Madrid se han convertido en los clubes más importantes del mundo, disponen de una masa social gigantesca (respectivamente, 163 000 y 92 000 socios en 2013) y manejan un presupuesto desproporcionado a los recursos económicos de las aglomeraciones urbanas y del país en que radican. El Museu (sic) FCB es el más visitado de la ciudad y de Cataluña con 1,5 millones en 2013 (frente 1,3 del Museo Dalí de Figueres y 900 000 del Museo Picasso de Barcelona), en tanto que el Tour del Real Madrid, estadio y museo, contó solamente con 850 000 visitas36.

55Sus enfrentamientos movilizan al país aún más que en los años 1960 y 1970. Contra algunos pronósticos, se ha llevado al paroxismo la identificación del Barça con la Cataluña nacionalista37 y la del Real Madrid con la España centralista. Desde que José María Aznar se hizo con la presidencia del Consejo de Ministros, el Real Madrid ha vuelto a ser el equipo del Gobierno ; el presidente socialista Rodríguez Zapatero declaró públicamente –tal vez por estrategia– su preferencia por el Barça, pero su sucesor Mariano Rajoy es un forofo confeso del Real Madrid. Para disgusto de catalanistas y de españolistas a la antigua, la selección nacional concitó alguna unanimidad entre 2008 y 2012, cuando se hizo con dos Eurocopas y una Copa del Mundo, pero la derrota en el Mundial de 2014 la ha devuelto a la indiferencia.

56Figura 8. FC Barcelona y Real Madrid allende las fronteras38

57De todo lo dicho se concluiría que la concentración demográfica en Madrid ha continuado después del franquismo, cuando la Constitución de 1978 preveía un marco cuasifederal que en rigor tenía que haberlo impedido, o al menos frenado. No ha sucedido como en Italia, donde se conserva el equilibrio Roma-Milán, sino que se ha acentuado la centralidad, como en París (con centralismo), Londres (sin él) y sobre todo como en México o Buenos Aires (con marco federal). Por otro lado, el gasto de las administraciones públicas se ha repartido mucho, y ahora el Estado central, con sede en Madrid, pesa menos que nunca. Así pues, no ha habido una recentralización efectiva, aunque sí intentos de ella auspiciados por las cúspides de los dos grandes partidos nacionales, PSOE y PP, especialmente el último ; pero se han visto frenados por la periferia, no solo catalana, y hasta por la militancia y los dirigentes de esos partidos que residían en ella.

58Todo esto no ha tenido un claro correlato económico, no al menos en la economía productiva y en términos de PIB per cápita. En este terreno, las posiciones relativas de las provincias de Madrid y Barcelona apenas cambiaron de 1980 a 2000, aunque ya en este siglo se han movido sin una dirección nítida.

59Barcelona se ha encerrado cada vez más en sí misma desde la obtención de la autonomía catalana, gobernada la mayor parte del tiempo por el nacionalismo conservador de CiU y siempre apoyada en una hegemonía ideológica de alcance mucho mayor. La ciudad y su aglomeración, baluartes de la izquierda hasta 2011, no han perdido algunas parcelas del liderazgo económico nacional, pero sí el político y desde luego el cultural. Les queda el turístico, el que vive de las playas y las bellezas del pasado, con lo que Barcelona corre el riesgo de seguir los pasos de ciudades-museo como Venecia o Praga. Correlativamente, un Madrid en constante expansión se ha vuelto la sede de un nacionalismo español renacido, que ha desalojado el regionalismo madrileño de la transición y de los años 80. Quedan lejos los tiempos en que el poeta Agustín García Calvo escribía para la letra del himno de la Comunidad de Madrid : “Cada cual quiere ser una : / no voy a ser menos”.

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Notes

1 Más o menos en la dirección que señalaba Santiago Petschen en “España, Cataluña y las fuerzas profundas”, El País, 18-07-2014.

2 Para 1900 y 1950, B. R. Mitchell, International Historical Statistics.Europe 1750-1993 e International Historical Statistics: The Americas 1750-1993 (Londres-Nueva York, MacMillan Press-Stockton, 1998). Para Europa en 2001, Urban Audit, State of European Cities Report, mayo de 2007 (disponible en http://ec.europa.eu/regional_policy/sources/docgener/studies/pdf/urban/stateofcities_2007.pdf, consultado en 30-11-2014), y para América en 2000, Naciones Unidas, Dpt. de Asuntos Económicos y Sociales (http://esa.un.org/unpd/wup/CD-ROM/Default.aspx, consultado en 10-12-2014).

3 Ver Francisco Javier Monclús Fraga, “Planeamiento y crecimiento suburbano en Barcelona: de las extensiones periféricas a la dispersión metropolitana (1897-1997)”, en Horacio Capel y Paul-André Linteau (coords.), Barcelona-Montréal: Desarrollo urbano comparado / Développement urbain comparé, Barcelona, Publicacions de la Universitat de Barcelona, 1998.

4 Concretamente Madrid, Alcobendas, Alcorcón, Boadilla del Monte, Brunete, Colmenar Viejo, Coslada, Getafe, Leganés, Las Rozas, Majadahonda, Mejorada del Campo, Paracuellos de Jarama, Pinto, Pozuelo de Alarcón, Rivas-Vaciamadrid, San Fernando de Henares, San Sebastián de los Reyes, Torrejón de Ardoz, Velilla de San Antonio, Villanueva de la Cañada, Villanueva del Pardillo y Villaviciosa de Odón. Quedaban fuera Móstoles, Parla, Tres Cantos, Alcalá de Henares o Fuenlabrada, a los que hoy se suele considerar parte de la aglomeración urbana del Gran Madrid.

5 Barcelona, Badalona, Castelldefels, Cornellà de Llobregat, Esplugues de Llobregat, Gavà, L’Hospitalet de Llobregat, Molins de Rei, Montcada i Reixac, Montgat, Pallejà, El Papiol, El Prat de Llobregat, Ripollet, Sant Adrià de Besós, Sant Boi de Llobregat, Sant Cugat del Vallès, Sant Climent de Llobregat, Sant Feliu de Llobregat, Sant Joan Despí, Sant Just Desvern, Sant Vicenç dels Horts, Santa Coloma de Cervelló, Santa Coloma de Gramenet, Cerdanyola del Vallès, Tiana y Viladecans, más Les Botigues de Sitges.

6 La Comunidad Autónoma de Madrid coincide con la anterior provincia del mismo nombre, no así la de Cataluña, que abarca las provincias aún existentes de Barcelona, Tarragona, Lleida y Girona. El uso de las comunidades autónomas como unidades lastra la valiosa interpretación de largo alcance de Rafael Domínguez Martín, La riqueza de las regiones. Las desigualdades económicas regionales en España, 1700-2000, Madrid, Alianza Editorial, 2002.

7 Las últimas placas asignadas a Barcelona y Madrid en octubre de 1971 fueron, previsiblemente, la B-918387 y la M-960985 (La Vanguardia, a la sazón La Vanguardia Española, 8-10-1971, p. 5).

8 F.: Elaboración propia a partir de los anuarios del fondo documental e histórico del Instituto Nacional de Estadística (INE) (http://www.ine.es/inebaseweb/libros.do?tntp=25687 ; consultado en 15-12-2014).

9 Extractado de Roser Nicolau, “Población, salud y actividad”, en Albert Carreras y Xavier Tafunell (coords.), Estadísticas históricas de España: siglos xix y xx, Bilbao, Fundación BBVA, 2005, I, p. 153. Análisis en Ana Cabré, Julio Moreno e Isabel Pujadas, “Cambio migratorio y ‘reconversión territorial’ en España”, Reis, 32, 1985, p. 43-66.

10 Extractado de Albert Carreras, Leandro Prados de la Escosura y Joan R. Rosés, “Renta y riqueza”, en Albert Carreras y Xavier Tafunell, Estadísticas históricas de España: siglos xix y xx, Bilbao, Fundación BBVA, 2005, II, p. 1347-1348.

11 Jordi Nadal (dir.), Atlas de la industrialización de España, 1750-2000, Barcelona, Crítica-Fundación BBVA, 2003, figuras III.2.1.10 y III.6.2.1 con sus datos en CD-ROM.

12 F.: Albert Carreras, “Industria”, en Estadísticas históricas de España..., I, p. 404.

13 Según los cálculos de Peter Maddison, se pasó de 90 901 a 296 824 millones de dólares Geary-Khamis de 1990 (se pueden consultar las tablas Excel confeccionadas en vida por este investigador a partir de la Original Maddison Homepage del Groningen Growth and development Center (http://www.ggdc.net/maddison/maddison-project/orihome.htm, consultada en 15-11-2014).

14 Albert Carreras, Leandro Prados y Joan R. Rosés, “Renta y riqueza”, en Albert Carreras y Xavier Tafunell, Estadísticas históricas de España..., II, p. 1.367-1.369.

15 F.: Extractada de Francisco Comín y Daniel Díaz, “Sector público administrativo y Estado del bienestar”, ibíd., II, p. 877.

16 Los libreros de Barcelona aparecen ya en el Quijote, y Ferdinand de Lesseps, cónsul en 1842-1843, aseguró entonces que en la ciudad condal se imprimían más libros que en el resto de la Península junto.

17 Véase José Luis Ruiz Ortega, “El boom, Barral y Barcelona: gestación de un movimiento transoceánico”, en Mitologías hoy, 9, 2014, p. 168-177. Se dispone de una crónica más periodística en Xavi Ayén, Aquellos años del boom, Barcelona, RBA, 2013.

18 http://mtvo-bcn.blogspot.fr/2011/02/barcelona-tuset-street-y-la-gauche.html.

19 Ver Martí Marfà i Castán, “¿Muerta o de parranda? Auge, caída y nuevo esplendor de la rumba catalana”, Minerva. Revista del Círculo de Bellas Artes, 8, 2008, p. 55-61 http://www.revistaminerva.com/articulo.php?id=252 ; consultado en 28-12-2014.

20 Ver Carles Santacana i Torres, El Barça i el franquisme: crònica d’uns anys decisius per a Catalunya (1968-1978), Barcelona, Mina, 2005, especialmente p. 59-148.

21 Como cantó el grupo musical La Trinca, fueron “catorze anys de passar gana / catorze anys d’anar fent figa / potser sí que eren molts anys / catorze anys sense una lliga” (Botifarra de pagès, 1974).

22 Eso concluye con pesar de madridista el siempre riguroso historiador Eduardo González Calleja en “El Real Madrid, ¿‘equipo de España’? Fútbol e identidades bajo el franquismo”, Política y Sociedad, 51-2, 2014, p. 275-296.

23 Nacional II, Barcelona, Laia, 1972, p. 72.

24 Lo afirma contundente y repetidamente alguien tan autorizado como Manuel Ortínez, cuyas memorias (Una vida entre burgesos, Barcelona, Edicions 62, 1993) constituyen una fuente magnífica para la historia política de estos años y para la relación Barcelona-Madrid que aquí se explora.

25 Dos reveladoras reconstrucciones animadas de la expansión de los metros de Madrid y Barcelona: https://www.youtube.com/watch?v=No18WiEB9go ; https://www.youtube.com/watch?v=HuQa79mPaNU (consultados en 28-12-2014).

26 Los ya indicados más Badia del Vallès, Barberà del Vallès, Begues, Castellbisbal, Cervelló, Corbera de Llobregat, La Palma de Cervelló, Sant Andreu de la Barca y Torrelles de Llobregat.

27 Todos los datos son elaboraciones realizadas a partir de INEbase, http://www.ine.es/inebmenu/indice.htm#nogo, consultado de 10 a 20-12-2014.

28 A partir de datos de INEbase. Sobre el fenómeno, véase Noelia Cámara Izquierdo, “Los movimientos migratorios internos en la España actual”, en Estudios Geográficos, 267, 2009, p. 351-385.

29 Albert Carreras, “Industria”, en Estadísticas históricas..., I, p. 404.

30 Jordi Nadal, Atlas de la industrialización española, cuadro IV.7.1.4.

31 Albert Carreras, Leandro Prados y Joan Rosés, “Renta y riqueza”, cit., II, p. 1367-1369.

32 Datos de INEbase.

33 Y así lo vieron, desde Francia, Gérard y Jean-François Dufour, L’Espagne : un modèle pour l’Europe des régions ?, París, Gallimard, 2000, p. 154-175.

34 F.: Comín y Díaz, “Sector público administrativo y Estado del bienestar”, p. 877, y EUROSTAT (http://ec.europa.eu/eurostat/data/database, consultado en 3-1-2015).

35 “Barcelona es el Titanic”, El País, 14-05-1982.

36 Véase el artículo de La Vanguardia, 10-12-2014 y las informaciones de la agencia Europa Press, http://www.europapress.es/turismo/nacional/noticia-bernabeu-cuarto-museo-mas-visitado-madrid-mas-850000-visitantes-2013-20141102102956.html, consultado el 3-1-2015.

37 Un “emblema totèmic”, a juicio de Jordi Salvador Duch, Futbol, metàfora d’una guerra freda: estudi antropològic del Barça, Barcelona, Proa, 2005, p. 187. Los seguidores del Real Madrid son el ellos necesario para el nosotros de los barcelonistas fervientes (ibíd., p. 208).

38 http://eduardorubioclick.com/2014/01/26/barca-real-madrid-y-africa/.

Pour citer ce document

Manuel Santirso, « Historia de dos ciudades: Madrid vs. Barcelona de 1959 a 1980 » dans « Madrid, traces et tracés (1950-2000) », « Travaux et documents hispaniques », n° 6, 2015 Licence Creative Commons
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Quelques mots à propos de :  Manuel Santirso

Universitat Autònoma de Barcelona
Manuel Santirso est professeur adjoint à l’Université Autonome de Barcelone. Il a été Directeur-adjoint des études de Master et de doctorat du Département d’Histoire Moderne et Contemporaine de l’UAB. Il est secrétaire adjoint de la revue électronique “ Rubrica Contemporanea ”, revue associée aux Cahiers de Civilisation de l’Espagne Contemporaine. Il appartient au Groupe d’Histoire du parlementarisme dirigé par le professeur Borja de Riquer (UAB). Il est l’auteur de nombreux ouvrages parmi lesquels il faut retenir Revolució liberal i guerra civil a Catalunya (1833-1840), Barcelone, Pagès editors, 1999, 412 p., España en la Europa liberal (1830-1870), Barcelone, Ariel, 2012, 379 p.,  El liberalismo : una herencia disputada, Madrid, Cátedra, 2014, 358 p.