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Historias en primera persona. Egodocumentos del siglo XX español

Ce volume recueille des communications présentées lors de la journée d’étude « El siglo XX en primera persona: los egodocumentos y la historia contemporánea española », le 18 avril 2015 au Colegio de España de la Cité Internationale Universitaire de Paris. Cette initiative fut organisée par Robert Coale, alors membre du Laboratoire d’Études Romanes (EA 4385) de l’Université Paris 8. Il fut assisté par Verónica Sierra Blas, membre du Seminario Interdisciplinar de Estudios sobre Cultura Escrita (SIECE) et du Grupo de Investigación LEA (Lectura, Escritura, Alfabetización) de l’Universidad de Alcalá (Espagne).

Cette journée d’études sur les ego-documents fut la première dans son genre au sein l’hispanisme français dans laquelle, en plus du LER de l’Université Paris 8, ont collaboré, la Red de Archivos e Investigadores de la Escritura Popular (RedAIEP), le projet de recherches Cultura escrita y memoria popular: tipologías, funciones y políticas de conservación (siglos XVI a XX), et le Ministerio de Economía y Competitividaddel Gobierno de España (HAR2011 25944).

Couverture de

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Memorias y correspondencia de Antoni Gudiol Ricart (1902-1987): episodios personales de la Historia de España entre Vic y Barcelona a lo largo del siglo xx

Guillem Cañameras Vall


Résumés

Durante más de 30 años, la figura de Antoni Gudiol Ricart (1902-1987) se ha visto totalmente eclipsada por las personalidades de su tío, Josep Gudiol Cunill (1872-1931), y su hermano, Josep Gudiol Ricart (1904-1985), destacados historiadores del arte de fama internacional. Aunque menor que ellos en conocimientos, Antoni fue capaz de dar forma a unas memorias personales manuscritas desarrolladas durante casi 80 años, de 1908 a 1987. Repartidas en 5 volúmenes, con un total de 5057 entradas, las 2500 páginas que componen dicho egodocumento permiten conocer cómo vivió algunos acontecimientos de los que fue testigo a lo largo de su vida. De su propia mano, podemos conocer su experiencia en la llamada Guerra de África (1911-1927), sus vicisitudes durante la trágica Guerra Civil Española (1936-1939) o las impresiones que le producían los acontecimientos relacionados con la transición democrática española entre 1975 y 1978.

Texte intégral

A la tarda del dia 26 de març de l’any 1944, amb una carta que vaig enviar al meu pare, quedà començada l’escriptura d’aquestes Cròniques. Ell fou qui em donà les primeres dates i m’entregà tots els documents, cartes i altres papers […] Sense […] els papers que els meus besavi, avi, pare i Mossèn Gudiol havien guardat, en lloc de tirar-los al foc o al sac de les coses inútiles, pocs records haurien quedat dels avantpassats1.

1Antoni Gudiol Ricart fue el primogénito del matrimonio Gudiol-Ricart. Las raíces de su familia constan en la zona de Vic – provincia de Girona – desde más allá del siglo xviii. No obstante, el apellido Gudiol no cobra notoriedad hasta finales del siglo xix principios del xx, y lo hace de la mano de su tío, el insigne Josep Gudiol Cunill (1872-1931), más conocido en Cataluña como Mossèn Gudiol2. Destacado por su decisiva aportación a la creación del Museo Episcopal de Vic, a él se atribuye la moderna concepción museística que convirtió el museo en un referente internacional a principios de siglo. Desde la pequeña población de Vic, desarrolló su labor de conservador del museo entre 1898 y 1931, paralelamente a la realización de sus principales obras académicas, entre las que cabe destacar las Nocions d’arqueologia sagrada (1902) o Els Trescentistes (1924)3.

2A parte de su dimensión académica, Mossèn Gudiol dedicó muchos esfuerzos a la labor pedagógica. De forma reglada, como profesor en el Seminario de Vic, pero también de forma privada a los hijos de su hermano Ramón. Probablemente fruto de ello podemos encontrar entre los miembros de la familia otro personaje destacado, Josep Maria Gudiol Ricart (1904-1985)4, el hermano menor de Antoni, el cual fue historiador del arte de fama internacional, de dilatada y amplísima actividad que fue una figura clave de la historiografía del arte hispánico del siglo xx5. A diferencia del tío pero siguiendo su estela, la relevancia de Josep Maria estriba en sus aportaciones historiográficas a la par que en haber sido capaz de generar una potente red de contactos académicos internacional que permitiría difundir y aumentar la importancia del arte hispánico.

3Conocido pero poco reconocido hasta el momento, la búsqueda de materiales primarios con los que trabajar su trayectoria más allá de las breves referencias bibliográficas existentes, me llevó al Archivo y Biblioteca Episcopal de Vic6. Fue en la primera consulta a tan importante institución cuando me sorprendieron con la existencia de un documento particular que inmediatamente me pareció de sumo interés. En dicho archivo se conserva, por donación directa de su autor, las memorias de Antoni Gudiol Ricart. Por cartas a las que ya había accedido previamente, sabía de antemano de la fuerte relación que unió a ambos hermanos, una estrecha relación que dio lugar a numerosos documentos, llenos de detalles y de una escritura viva e inteligente. Probablemente por ello y en búsqueda de datos de la actividad de Josep Gudiol ignorados hasta el momento, empecé la lectura de tan interesante egodocumento.

4Consciente ya de la importancia del material que manejaba, decidí proceder a su estudio a partir de una metodología pseudo-metanalítica con la cual obtener datos objetivos de cantidad, frecuencia e incluso de tipología. De la misma forma, empecé a rastrear la totalidad de sus páginas con el objetivo de localizar las fechas de recopilación y consolidación del material paralelamente a la confección de una hoja de datos con cada una de las entradas y sus características formales. Una vez realizada dicha hoja, inicié el vaciado de la información para aquellos fragmentos que más interés mostraban para mi investigación. Procediendo seguidamente a su transcripción parcial o completa, según los casos.

Antoni Gudiol Ricart (1902-1987)

5Previo a la lectura de las memorias, mis conocimientos sobre Antoni Gudiol Ricart correspondían a unos pocos hechos vitales casi siempre en relación a la actividad de su hermano. Pero el mismo Antoni se encargó de dejar los medios necesarios para una aproximación a su persona. Nacido en Vic el 27 de julio de 1902, era el primogénito de la familia y, como tal, estaba destinado a seguir con el negocio familiar de encurtido de pieles. Por ello, su formación estuvo dirigida a llegar a la Escuela Española de Tenería, los estudios de la cual se impartían en la recientemente creada Escola Industrial de Barcelona. Lamentablemente, y a pesar de la formación y de iniciar su aprendizaje en la dirección del negocio a la temprana edad de 14 años, Antoni solo pudo vivir ya los últimos momentos de la fábrica familiar, la cual cesó definitivamente en su actividad en el año 1932.

6Paralelamente a su desarrollo como empresario, siendo un joven sano y normal, cumplió con los deberes militares que se le exigieron, llegando a ostentar el grado militar de sargento. Su carrera militar se inició en 1923, cuando realizó el servicio militar obligatorio en la cercana ciudad de Granollers, preludio de su servicio en la Guerra de África a finales de 1924. Años más tarde, durante la Guerra Civil, actuó de sargento de instrucción en la ciudad de Barcelona desde finales de 1936 a principios de 1937, y como voluntario para obras y fortificaciones del cuerpo de ingenieros del Ejército del Este el último año de conflicto, como miembro del cual pasó la frontera e inició su breve exilio en Francia a principios de 1939.

7Obligado a un reciclaje profesional debido al cierre de la fábrica, a partir del año 1932, Antoni Gudiol se vincula profesionalmente al Arxiu d’Arqueologia Catalana (ADAC), empresa dedicada a la realización y venta de copias fotográficas de objetos de arte que su hermano Josep Maria había establecido poco antes, en 1931, a la vuelta de un largo viaje a Estados Unidos. En cumplimiento de dicha actividad y a lo largo de más de 10 años Josep Maria y sus colaboradores, entre los que a partir de 1932 ya se contó siempre Antoni, recorrieron la mayor parte de Catalunya y otras localidades realizando fotografías que luego vendían a instituciones artísticas de todo el mundo, principalmente en Estados Unidos. Dentro de la empresa, Antoni se encargó de la realización de las copias fotográficas y, debido a su formación en gestión empresarial, al control de la contabilidad y envío del material.

8Pero la personalidad de Antoni Gudiol Ricart queda incompleta si no contemplamos su dimensión política, aspecto que marcó fuertemente las primeras décadas de su vida. Por clase social, entorno y convicciones, la suya era una personalidad política conservadora y de derechas, sin que ello le impidiese ejercer visiones críticas y ponderadas frente a situaciones y actitudes que tuvo que vivir antes, durante y después de la guerra. Inscrito en primer lugar en la sociedad política « Catalunya Vella » – nacida poco después de la caída de la dictadura de Primo de Rivera –, finalmente desarrolló una actividad política activa afiliado a la « Lliga Regionalista » desde 1931, dentro de la cual llegó a ser elegido regidor vocal del Ayuntamiento de Vic en las elecciones municipales del 14 de enero de 1934 y hasta la forzada disolución a la que obligaron los hechos de julio de 1936. A pesar de la total inactividad durante los largos años de posguerra y dictadura – presente incluso durante la transición política de finales de los años 70 –, de sus escritos se extrae claramente que mantuvo el interés y la mente abierta a todos los acontecimientos nacionales e internacionales de índole política que ocurrían a su alrededor, sobre los cuales frecuentemente opinaba o que, por lo menos, relataba.

9Ante este breve resumen de su actividad, no deja de sorprender que los testimonios consultados que lo conocieron en vida, coincidan sin excepción en destacar de él una personalidad « gris » y un tanto apática, quizás por contraste con la desbordante energía de su hermano. No obstante, las cartas y postales consultadas antes de la lectura de sus memorias ya dibujaban una personalidad compleja e interesante, con juicios acertados y casi clarividentes sobre las situaciones cotidianas y excepcionales a las que la familia se tuvo que enfrentar como consecuencia de los tiempos que les tocó vivir. Después de leer y trabajar sus memorias no hay duda de que la apatía con la que se recuerda su figura sólo pudo ser reflejo de una actitud externa.

Metanálisis del documento

10Las memorias que Antoni Gudiol Ricart dejó escritas para la posteridad están compuestas por un total de 5 volúmenes manuscritos íntegramente en catalán de más de 500 páginas cada uno. Su encuadernación actual ha sido realizada en el propio archivo que las custodia pero su división parece corresponder a una partición considerada por el mismo Antoni que reparte el material en períodos desiguales. Un primer volumen entre 1908 y 1935 seguido de otro entre 1936 y 1945; dos más, tercero y cuarto, repartidos entre 1946 y 1952, por una parte, y 1953 y 1959, por la otra; finalizando con el quinto y último entre 1960 y 1987. El conjunto de páginas manuscritas conservadas consta exactamente de un total de 5057 entradas de diversa índole, forma y carácter repartidas de manera muy desigual a lo largo de los años.

11Cabe destacar que, en los 79 años que Antoni mantuvo la escritura de este documento, solo consta un año en el cual no exista ni una sola entrada. El año en cuestión es 1982 y su silencio está motivado por cuestiones familiares que no viene al caso comentar. Por otro lado, resulta interesante tener en cuenta que la media de entradas anual es de 64, siendo muy pocos los años en los que estuvo por debajo de las 12 entradas anuales y correspondiendo todos ellos al principio y final de su vida, seguramente por motivos naturales de falta de memoria, en un sentido u otro. Las entradas que componen el documento tienen una extensión variable que va de la frase única del tipo: « 2 de novembre de 1937. Diada dels Morts. El govern presidit per Negrín queda oficialment instal·lat a Barcelona », hasta las entradas de más de 15 páginas con las que explica episodios con entidad propia y que por su complejidad relata con gran lujo de detalles. No obstante, la gran mayoría de las anotaciones corresponden a una extensión media de entre un tercio y medio folio o de un folio entero.

12En lo que respecta al carácter de la escritura y teniendo en cuenta la gran cantidad de entradas realizadas y su dilatación temporal, el estilo es variable sin perder en ningún momento su voluntad de cronista. De igual forma, no rehúye emitir juicios y opiniones que son de consumo propio pero también elementos de transmisión al futuro de su realidad y de su manera de ver las cosas. Generalmente el tono es serio y formal, sin que ello impida algunos fragmentos y breves comentarios en los que se trasluce el sentido del humor ligeramente irónico que poseía su autor. Una de las mejores muestras localizadas es la que aparece el jueves 1 de julio de 1976 cuando, ante la noticia de la dimisión de Carlos Arias Navarro, escribe:

A la tarda s’ha fet públic que el rei havia acceptat la dimissió, no demanada del president del Govern Carles Arias Navarro. Hores abans la radi nacional havia donat una nota dient als espanyols que l’augment que ha tingut el cost de la vida en el que va d’any, quasi era degut al pa i a les patates. Jo que havia comentat tal disbarat abans que es produís la inesperada « dimissió » puc comentar ara sense embuts: « que el govern Arias Navarro ha mort d’un empatx de pa amb patates »7.

13A la vista de tan magno documento, considero que es necesario sacar del anonimato la figura de Antoni Gudiol Ricart y reivindicar su importancia, por lo menos histórica. Sin llegar al nivel de erudición de su tío y hermano, la lectura de sus memorias no deja lugar a dudas sobre la personalidad sensible, metódica, estructurada y, sobretodo, perseverante de la que era poseedor. Me consta que pasó su vida, discurrida a lo largo de gran parte del siglo xx, en España y que los viajes al extranjero fueron ocasionales y breves. Pese a ello y a la imagen que dibujan de él los testimonios que lo conocieron en vida, las líneas que nos restan de su puño y letra dibujan una persona con una vida interior rica y abundante, informada e inquieta de saber.

Guerra de África

14No hay duda de que el primer episodio relevante en el que se vio envuelto Antoni Gudiol Ricart fue la llamada Guerra de África, desarrollada entre 1911 y 1927 fruto de la insurrección de las tribus rifeñas mandadas por su líder Abd el-Krim. No es necesario profundizar en la historia de los tratados de Tetuán (1860), Algeciras (1906) o Fez (1912), pero sí tener en cuenta que fueron sus cláusulas contra las que se levantó la rebelión que llevó al ejército español a desastres como el de Annual en 1921. A partir de 1924, ya en manos del general y jefe del gobierno de España Miguel Primo de Rivera, la también llamada Guerra del Rif o Segunda Guerra de Marruecos entra en una nueva fase que lleva a las tropas españolas, en colaboración con las francesas, a la pacificación de la zona durante el año 1927.

15Es precisamente en ese último período en el que Antoni Gudiol presta servicio durante algo más de 2 meses, concretamente justo después de la evacuación de Xauen y antes de la batalla de Uarga, inicio de la recuperación del ejército español. Las anotaciones escritas a lo largo de esos meses son el primer testimonio de conflicto que nos proporcionan las memorias estudiadas. Seguramente fruto de la pasión propia de la juventud y la excepcionalidad de los hechos que estaba viviendo, Antoni es sumamente prolijo en las entradas y en los detalles. Desde su partida en Granollers hacia Barcelona, pasando por Valencia y Algeciras hasta Ceuta y Tetuán, de su mano podemos conocer el tipo de vida que llevaba un sargento de infantería del Batallón Estella, a la cual estaba agregado. Nos relata las funciones, las actitudes y, especialmente, las condiciones de vida que tuvieron que sufrir él y sus soldados, todo ello sin dejar de lado un espíritu crítico sobre algunos aspectos.

Es distingien els moros per lo ben cuidats que tots portaven els seus fusells […] el més ben netejat dels fusells dels soldats d’Estella no podia pas posar-se al costat de qualsevol del dels moros. Ells ni per casualitat deixaven per res la seva arma, al contrari dels soldats espanyols que al arribar a la tenda, després d’un servei, el primer que feien era tirar el fusell per terra, no mirant pas si quedava al mig del fang.
A mi em feia pena i angunia al veure aquelles estives de fustells plens de rovell i que no haurien pas disparats molts d’ells, quan ni hagués hagut necessitat. […] Les municions es trobaven per terra les tendes en mig de la palla i quan encenien foc amb la palla bruta, contínuament es sentien les explosions de les bales abandonades. Si no ens fèiem mal era per verdader miracle. […] L’abandó que en aquest punt hi havia en tot el Batalló d’Estella requeria una acció enèrgica del seu Cap, i jo no sé si aquest era cec que no vegés el que passava amb l’armament de tots els soldats per ell manats, sense distinció de Companyies8.

16Días después, Antoni sostuvo algunos combates en la demarcación a la que estaba destinado, la descripción de los cuales resulta suficientemente vívida para dibujar la situación. Hacia principios de diciembre de 1924, su compañía, la segunda del Batallón de Estella, participa en la cobertura de una columna que partía de Zoco el Jemis hacia Telata pasando por la zona de Yarda en la que estaba destinado el batallón. Su recuerdo se expresa así:

Tant prompte vegerem a la columna, el capità de la segona companyia, manà que avancessim fins que hi establirem contacte. Allavors quedarem ageguts a terra i desplegats en guerrilla en mig d’un gran pla. Mentrestant per darrera nostre passava tota la columna que venia d’el Jemis i l’enemic ens tirotejava sense parar. Una pluja de bales queia sobre les pobres mules del convoi. Aquestes, esverades passaven fins per sobre on estàvem nosaltres. Entre les mules i les bales va ésser un miracle com tots en sortirem vius9.

17Por su escritura tranquila y sosegada, podría parecer que la situación carecía de peligro y dramatismo pero la realidad distaba mucho de eso. Las muertes y las heridas eran presentes en los campamentos y en las expediciones, y el sufrimiento de los familiares en la península grande y angustioso. Buena muestra de ello es la situación por él descrita en una de las entradas de diciembre de 1924 de la que tuvo conocimiento gracias a una carta de un pariente suyo:

En Manel Cunill en la seva carta em donava la nova que pel dia de la Puríssima a l’església del Carme de Vich hi havia celebrat una missa per l’intenció dels vigatans que es trobaven lluitant al Marroc. Que quan la gent sortia d’aquella missa es sabé la mala nova de la mort del comandant Murillo, segon cap del Batalló d’Alfons xii, ocorreguda durant un combat que hi prengué part aquell batalló. […] Com servint en el Batalló d’Alfons xii hi havia molts quotes del reemplaç 1922, fills de Vich, no cal dir el pànic que aquell dia hi hagué en moltes famílies d’aquella ciutat10.

Guerra Civil

18No hay duda de lo dolorosa y complicada que resultó para la sociedad española la Guerra de África, pero el sufrimiento y las consecuencias sociales que se derivaron de ella palidecen cuando se las pone en relación con el mayor y más trágico conflicto que asoló España en el siglo xx, la Guerra Civil (1936-1939). Aunque existen otras aproximaciones publicadas y estudiadas del conflicto visto en clave personal, cualquier aportación privada y alejada de los grandes estudios e investigaciones historiográficas tienen un gran valor a fin de comprender mejor los acontecimientos y su génesis. En este sentido, las memorias de Antoni Gudiol permiten una aproximación muy rica en detalles y, por su naturaleza de cronista, suficientemente enmarcada en los acontecimientos generales. Antoni, que vive los primeros compases de la guerra en la ciudad de Vic, rápidamente se ve obligado a refugiarse en el relativo anonimato de la ciudad de Barcelona. Allí pasa la mayor parte del conflicto bajo el amparo de su hermano hasta que su incorporación a filas lo lleva a Manresa y, finalmente, a un periplo por toda Catalunya terminado en Prats de Molló, donde pasa la frontera francesa para iniciar un brevísimo exilio de casi un mes, entre el 8 de febrero de 1939 y el 7 de marzo del mismo año.

19A partir de sus notas en los primeros días de la guerra, es posible reconstruir perfectamente sus andanzas, pero también el ambiente y la repercusión que las inquietantes noticias tenían en la vida cotidiana de sus vecinos en la ciudad de Vic:

A Vich comencen a córrer els primers rumors de l’insubordinació de guarnicions militars. A l’hora de dinar el meu germà Ramon porta aquesta nova a Can Gudiol.
Pel vespre jo vaig a Catalunya Vella. Les noves ja són més precises. A primeres hores de la nit en Companys parla per la radio. Recomana calma i serenitat, prometent que qualsevol intent d’insubordinació o revolta serà aplastada ràpidament. Els rumors a Vich són per tots els gustos, mentre que els ànims de la gent es van excitant per moments11.

A primeres hores de la tarda […] m’aturo a casa en Manuel Cunill Fontfreda […] Em pregunten la meva opinió sobre el que està passant i al dir-la sembla que algú els hagi tirat una galleda d’aigua gelada i en ple hivern. Al meu entendre a Barcelona, els militars han perdut ja totalment la partida. Caldrà saber noves d’altres llocs, però és evident que qui domina a Barcelona es fa amo de tot Catalunya. I no cal dir el que aquesta regió representa a Espanya.
De Can Cunill vaig a Catalunya Vella. Aquí el pànic és general. Pocs optimistes queden ja. […] Després m’arribo a casa el meu cunyat Josep Mª Mas […] des d’un dels balcons […] es veu en una sala de la casa d’enfront, domicili social de la C.N.T. a Vich, a tota una sèrie d’homes joves que estan reunits. […] És el Comité de Vich que s’està constituïnt. […] Acabat aquell acte en Mas m’explica el que s’ha dit allí i els acords presos. De moment acordaren fer vaga general i exigir que les dretes surtin de l’Ajuntament de Vich, sinó de bon grat a viva força12.

20De la misma forma que durante la Guerra de África, las entradas que componen los años al entorno de la Guerra Civil están especialmente desarrolladas. Por ello, tomándolas como base sería posible tratar muchos temas diferentes que se ven plasmados en sus páginas, especialmente aquellos referentes a su entorno directo en la Casa Amatller del Passeig de Gràcia barcelonés o los relativos al salvamento de patrimonio en el que estuvo fuertemente implicado su hermano o él mismo. No obstante, en esta ocasión considero más oportuno realizar una breve relación de unos hechos vividos y relatados por Antoni que quizás son menos conocidos pero igual de relevantes. Se trata de su regreso a España por el puente internacional de Hendaya después de la fugaz estancia en Francia en febrero de 1939.

21Como ya se ha dicho, Antoni atraviesa la frontera con Francia por el Pirineo el 8 de febrero de 1939. Permanece en tierras francesas trabajando al lado de su hermano, hasta que considera suficientemente seguro probar el retorno a España. Desde la región del Loire, donde estaban realizando pruebas fotográficas de los monumentos románicos franceses a cuenta del Arxiu d’Arqueologia Catalana, Antoni Gudiol se dirige a Hendaya el 7 de marzo.

22Llegado a la población, se dirige directamente al consulado español. Allí le redirigen a un chalet en San Juan de Luz donde encuentra la siguiente estampa:

Al xalet hi havia una verdadera gentada que com que no cabia pas a dins, s’estava en uns jardins que el voltaven. Els que s’esperaven esser rebuts pel cap de les oficines, em digueren que allí hi havia persona que feia mes d’un mes que s’esperava i encara no li havien despatxat els papers per passar a Espanya. Jo no podia pas perdre el temps com feien tota aquella gent i dirigint-me a un escrivent que sortí un moment de l’oficina, li vaig exposar el meu cas. Al oir que havia estat soldat de l’exèrcit « roig », em feu passar dins l’oficina, i un altre senyor em prengué declaracions que anà anotant13.

23En dicha oficina le escriben un pequeño documento dirigido al jefe de la frontera de Irún, solicitándole que lo lleven a Fuenterrabía. Se espera por la tarde para pasar el puente internacional de Hendaya y aprovecha para visitar San Juan de Luz. Por la tarde pasa el puente y un gendarme le solicita los documentos. Al otro lado, la Guardia Civil le lleva a la aduana y la oficina de cambio de monedas. En la oficina le obligan a entregar todos los francos, unos 700 u 800, y le dan unas pocas pesetas, menos de 200. También le sustraen las 700 pesetas en « billetes de serie » que llevaba a cambio de 2 recibos pagaderos en el Banco de España. Ante este juego financiero los pensamientos de Antoni no son precisamente halagüeños:

No em feu pas massa gracia que em deixessin pràcticament sense diners. Els francs en realitat me’ls havien pres, puix el canvi que em donaren no era pas el que n’hauria pogut treure si els hagués canviat a Hendaya. […] Primera desil·lusió, els nacionals no eren persones honrades puix prenien el poc que portaven els que venien de la zona per ells dita roja14.

24Pero la sustracción de su capital no era más que el primer paso en el proceso de reinserción a la España nacional que estaba a un paso de ganar la guerra. Poco después y en el edificio de la aduana, Antoni comprobaba en propias carnes y en las de otros qué significaba para los nacionales el haber pasado la guerra en la zona « roja »:

A la duana uns carrabiners maleducats em feren despullar i em regiraren fins les butxaques. Uns pocs francs en monedes de níquel, que a l’oficina de canvis no m’havien admès, aquells carrabiners se’ls quedaren, insultant-me quasi, perquè jo portava unes poques monedes, la circulació de les quals estava prohibida a l’Espanya nacional. Allí vaig haver de veure com aquells carrabiners deixaven sense ni un cèntim a pobres dones que entraven en aquell moment procedents de França i que les úniques monedes que portaven eren els bitllets de banc del govern de la república. Aquelles dones al veure’s en país desconegut, sense recursos i encara insultades pels agents de l’autoritat només feien que plorar15.

25Finalmente, terminados los trámites en la aduana lo interrogan preguntándole si conoce alguien que haya pasado la guerra en la zona nacional que lo pueda avalar, a lo que contesta afirmativamente. No obstante, le comunican que queda detenido y que debe ingresar en un campo de concentración. Al cabo de un día, es llevado a la plaza de toros de la ciudad de San Sebastián donde al entrar explica que:

Un guàrdia civil em regirà tot el que jo portava a la maleta i em prengué les fulles d’afeitar. Estava prohibit que cap detingut portés a sobre o a l’equipatge cap objecte de tall. Em donaren un sopar misèrrim en un plat vell i festigós i em digueren que si tenia ganes de dormir podia fer-ho sobre uns matalassos que hi havia per terra16.

26Gracias a sus contactos con importantes miembros de la burguesía catalana refugiados en la misma ciudad de San Sebastián, Antoni pudo salir del campo de concentración en pocos días y gestionar su regreso a Catalunya rápidamente, llegando a la Ciudad Condal el 19 de marzo de 1939. Otros no tuvieron tanta suerte, fundamentalmente por falta de contactos adecuados en las estructuras del nuevo gobierno, pero ni tan solo a las personas que fueron declaradas « aptas » para la vida civil en la nueva España les resultó fácil el regreso ni la vida en la primera postguerra. Poco después de su llegada a Barcelona Antoni escribe:

El dia que els nacionals entraren a Barcelona, per la radio demanaren que tothom qui hagués servit a l’exèrcit roig, devia presentar-se a la plaça de braus, si havia estat soldat ras, o al Palau de Justícia, si havia tingut graduació. Els de la plaça de braus foren portats en un camp de concentració, els altres o sia els antics oficials els tancaren a la model. […] Un conjunt de males impresions vaig arreplegar aquell dia. […] La frase d’en Negrin « Mas vale morir de pie que vivir de rodillas » ja la començava a comprendre ¡Quant de temps havia de viure de genolls mendicant a l’un i a l’altre, i fent la rialleta quan algun barceloní que s’havia passat la guerra amb els nacionals, et deia coses que per tu eren insults? Els que havíem quedat amb els rojos si no érem uns sers despreciables, almenys érem uns homes que havíem col·laborat amb la revolució i per tant devíem purgar la falta17.

27No había para menos, de sobra es conocida la formidable y furibunda represión que llevó a cabo el gobierno del general Franco en los primeros tiempos de la postguerra. Una represión tan feroz que sorprendió incluso a aquellos que compartían sus postulados y que habían vivido esperando la « liberación ». La vida de los que habían pasado la guerra en el bando perdedor fue difícil y sometida a los caprichos de los vencedores. En este sentido se expresa Antoni cuando le dirige una carta a su hermano Josep Maria, el cual prolongó su exilio por más de 2 años:

Et prego en que les teves cartes no molestis a cap dels teus amics ni amb ironies. Principalment no parlis més a la Srta. del pis doncs es molesta que li retreguin lo de la pols. Si escrius a en Macaya procura no ofendre’l. Clar que tots els que li guardarem de prop o de lluny els seus llibres estem ressentits però ell creu que al insistir tant obra bé i no veu que ens molesta. La Constància per sort ha trobat els llibres de la metropolitana i ja els ha entregat a en Macaya. Jo quan ve aquí, que es bastant sovint, el rebo molt bé i en res demostro el ressentiment de les seves repetides demandes de llibres que li falten. Val més quedar-hi bé doncs en Macaya ens ha proporcionat alguns clients. Per saber com deuen tractar-se a la gent d’aquí no hi ha com viuri ara una temporada. Tots els que visqueren a San Sebastián no poden compendre el que aquí passà i no cal amoïnar-s’hi massa, doncs al fi al cap si la gent istil Muguruza ens respecta és degut única i exclusivament a les influències de les amistats dels de San Sebastián18.

Transición democrática

28Sólo observando materialmente el volumen de las memorias, nos damos cuenta de la importancia que tuvo en su vida la Guerra Civil y la postguerra. Pero su inquietud y perseverancia hicieron posible que Antoni mantuviese su actividad de cronista también durante la madurez de su vida y hasta los últimos momentos. De esta tercera y última parte, cabe destacar especialmente algunos episodios y acontecimientos relativos al final de la dictadura de Franco y al ambiente que se respiraba antes y después de las primeras elecciones democráticas celebradas el 15 de junio de 1977.

29En noviembre de 1975, ante el inminente fallecimiento del general Franco, Antoni destaca en varias entradas la importancia de la actuación del príncipe Juan Carlos de Borbón. Un día antes de la muerte del dictador escribe:

Sembla que la vida d’en Franco s’acaba. Aquí comença a notar-se cert nerviosisme, perquè molts no veuen clara la successió, tot i l’èxit i el respir que ens donà a tots l’actuació del « príncipe Juan Carlos » […] la llarga agonia d’en Franco i el no donar-lo oficialment per incapacitat, són motius de preocupació19.

30Al día siguiente apunta la muerte del dictador y, aunque de forma sutil, deja por escrito un breve juicio a su persona: « No vaig pas a judicar-lo. Crec que el que he deixat escrit d’ell en molts llocs d’aquest dietari, exposen ben clarament com jo he anat veient l’actuació de qui jo no crec que li degui res »20. Y dos días más tarde destaca el discurso realizado por el nuevo rey de España en los siguientes términos: « Ha estat discret i hàbil i em sembla que a qui menys haurà agradat serà als que es diuen « mas patriotes » que són els que cremen llibreries o assalten els domicilis de la gent que no pensa com ells »21.

31Esta última frase da pie a comentar otros apuntes que Antoni Gudiol incluye en sus memorias durante estos años que permiten dibujar la conflictividad reinante en el país. Invitado de excepción de algunos de ellos por el hecho de residir en el número 2 de la calle del Bisbe Irurita, justo en frente de la plaza de Sant Jaume de Barcelona, pudo asistir mejor que otros a las reivindicaciones y manifestaciones que se desarrollaron por aquel entonces motivadas, entre otras cosas, por la agresiva y controvertida gestión del alcalde de la Ciudad Condal, Joaquim Viola Sauret (1913-1978). Concretamente, el martes 17 de febrero de 1976 da cuenta de la gran manifestación de funcionarios del ayuntamiento, bomberos y guardias urbanos frente al consistorio que terminó con la ocupación del edificio entre gritos de dimisión del alcalde Viola.

32Casi dos meses después, el 2 de mayo de 1976, nos ofrece un segundo episodio de la oposición hacia la persona de Joaquim Viola cuando, con el detalle de quien ha sido testigo directo, relata un hecho particular pero muy elocuente de la tensión y del miedo a la represión que un año después del fin de la dictadura la población todavía tenía:

Avui a la tarda al saló de Cent de Casa la Ciutat s’han celebrat els Jocs Florals de Barcelona. […] i alguns joves que des de fa unes quantes setmanes venen a manifestar-se, han començat a cridar visques Catalunya lliure i altres crits que són considerats més subversius, alternant amb el verset gens floralesc, però que s’ha fet més popular que cap dels millors de tota la història dels Jocs Florals: « Viola dimissió / per lladre i macarró »
Naturalment que els crits s’han fet més estridents quan sortia de Casa de la Ciutat el cotxe en el que anaven el Capità General i l’Alcalde. Llavors ha succeït el que no hauria cregut mai: l’auto de les màximes autoritats ha parat i s’ha obert una de les portes i ha sortit el militar en aire desafiant i al seu darrera, no tenint-les pas totes ha seguit l’alcalde. Els baladrers han fugit cap allà on han pogut davant la presència de la màxima autoritat militar i aquest, satisfet de la gran batalla guanyada, ha tornat cap al cotxe, cosa que també ha fet l’alcalde22.

33En todo caso, la conflictividad real del momento queda perfectamente descrita en la entrada del domingo 30 de enero de 1977 cuando confecciona un breve resumen de los sucesos acaecidos en Madrid en relación a las organizaciones extremistas de « Cristo Rey » y los « GRAPO »:

Mala setmana ha estat la que avui s’acaba, sobretot a Madrid. En aquella capital […] fou segrestat el general cap suprem de la justícia militar: Emilio Villaescusa Quilis. /
Els successos començaren la tarda del diumenge dia 23, en que dos homes en ple carrer i sense cap motiu, dispararen matant-lo a un jove estudiant. […]
El dimarts al matí, al sortir del seu domicili és « seqüestrada » l’abans citat militar […] I a la tarda els guàrdies d’assalt, que dic jo, per no ésser menys, maten al mig del carrer a una jova estudianta que […]es manifestava23.

34La gravedad de las noticias que relata Antoni esos años van en aumento hasta la que describe el 25 de enero de 1978 referente al asesinato del exalcalde Joaquim Viola que, de forma un tanto macabra, cierra el círculo de las notas que aporta en esos años:

Aquest matí, en el seu domicili del Passeig de Gràcia han estat assassinat el que fa escassament un any era alcalde de Barcelona, Joaquim Viola Saulet [Sauret] i la seva esposa Montserrat Tarragona Corbella […] Els assassins semblen que són els mateixos que fa cosa d’un any assessinaren al president de la companyia Cros. Per casualitat jo passava davant del domicili del senyor Viola, quan la policia estava fent la investigació24.

Conclusiones

35A la luz de los ejemplos presentados, quizás estaremos de acuerdo en considerar estas memorias un documento relevante por las aportaciones de datos que supone, por la posibilidad que nos brinda de conocer una parcela de la historia de nuestro país y por darnos a conocer una personalidad hasta el momento ignorada. Pero quizás también merece elogios por ser fruto de una concepción « moderna » que entronca considerablemente con los motivos que nuestra actualidad del siglo xxi tiene para estudiar, valorar y profundizar en la Historia desde perspectivas personales y subjetivas. En este sentido, el mismo Antoni lo verbaliza en las siguientes líneas:

El record d’unes conferències d’història de Catalunya que en els mesos de maig i juny de l’any 1934, Francesc Martorell donà als socis de Catalunya Vella, de Vich, fou el que principalment em decidí a posar-me a escriure […] Martorell, ni en una sola de ses conferències, ens parlà de reis, generals, nobles i bisbes […] Totes les dedicà a explicar els costums, vestuari, mobiliari i com menjaven els catalans dels segles xiv i xv. ¿Si la història de cóm vivia la nostra gent d’uns pocs segles enrera resultà tant interessant per mi, per què no havia d’ésser-ho per altres, el saber què feren els meus avantpassats i les persones amb les quals he viscut?25

36Por otro lado, ya en el tramo final de esta aportación, es momento de sacar a colación otro documento escrito por Antoni Gudiol Ricart que también está custodiado en la Arxiu i Biblioteca Episcopal de Vic. De sus páginas manuscritas procede el fragmento que acabo de leer así como los que han abierto mi comunicación y el que la cerrará. Se trata de un conjunto de 10 volúmenes, también manuscritos pero de menor tamaño que las memorias, en el que se detalla persona a persona los principales hechos de vida de los miembros de la familia Gudiol. Lleva por título Crònicas de la família Gudiol y es un material que tengo en curso de análisis tanto por sus posibles aportaciones a mi tesis doctoral como por su interés local en relación a la ciudad de Vic.

37Confío en que lo que he presentado brevemente, resulte suficientemente interesante a pesar de tratarse de un proceso en curso con aspectos pendientes de concluir y profundizar. En este sentido, queda aún por vaciar completamente algunos episodios de las memorias, al igual que algunas de las vidas de los miembros de la familia. Sin olvidar la voluntad de realizar un cruce exhaustivo entre los documentos conservados en Vic y la correspondencia que contiene el Fondo Gudiol Ricart, paso previo a la realización de un encaje detallado de los acontecimientos descritos en una línea cronológica general de la Historia de España.

38Para terminar quisiera utilizar las palabras del propio Antoni Gudiol Ricart en la parte final de la introducción de las crónicas ya que creo que expresan perfectamente los valores que nosotros, hoy en día, podemos ver en su enorme obra:

Com a acabament […] vull deixar recordada una anècdota dels temps de la Colla de Gurb, perquè ella m’ha servit d’exemple a seguir, les moltes vegades que cedint ma voluntat, duptava que seguís escrivint fins al final. Quan amb els companys d’aquella colla, sortíem de passeig per l’antiga carretera de Barcelona, a poc més d’un quilòmetre de Vich, trobàvem una llarguíssima paret, feta de pedra seca […] A final d’aquella obra, plena d’imperfeccions, una làpida ens enterava que el pagès Pere Massana […] havia pogut veure acabada la paret. […] tot sol havia aixecat la paret per evitar les eslleviçades que abans hi havia en èpoques de pluges; que havia començat l’obra, no tenint cap noció de l’ofici i creient que mai la veuria acabada; però que amb paciència, treballant-hi en les hores que tenia lliures i en molts anys […]havia pogut veure acabada la paret26.

Notes

1 Antoni Gudiol Ricart, Cròniques de la família Gudiol, Vic, Manuscrito conservado en el Arxiu i Biblioteca Episcopal de Vic (ABEV).

2 Para más información relativa a la actividad de Josep Gudiol Cunill consultar Quaderns del Museu Episcopal de Vic, VII, Vic, Museu Episcopal de Vic, 2014.

3 Ibid.

4 La dimensión e importancia de dicho personaje queda manifiesta en el trabajo fin de máster que realicé en 2013 y que es consultable en el siguiente enlace: <http://hdl.handle.net/2445/47645>; y en el artículo que he publicado recientemente en el número 291 (Jul-Set) de la Revista de Catalunya de título “Josep Gudiol Ricart (1904-1985)”.

5 La relevancia del personaje motiva los estudios de doctorado que actualmente desarrollo en el Departamento de Historia del Arte de la Universitat de Barcelona sobre su figura y que están centrados en poner en conocimiento y valor sus múltiples y exhaustivas actividades en relación al Arte.

6 En referencia a dicha institución quiero agradecer especialmente la disponibilidad y buen hacer de su director Dr. Miquel dels Sants Gros i Pujol y del archivero Rafel Ginebra i Molins, sin los cuales la labor de investigación sería más dura y compleja.

7 Memòries, vol. 5, 1 de julio de 1976 (ABEV).

8 Memòries, vol. 1, 2 de diciembre de 1924 (ABEV).

9 Memòries, vol. 1, 7 de diciembre de 1924 (ABEV).

10 Memòries, vol. 1, 18 de diciembre de 1924 (ABEV).

11 Memòries, vol. 2, 18 de julio de 1936 (ABEV).

12 Memòries, vol. 2, 19 de julio de 1936 (ABEV).

13 Memòries, vol. 2, 7 d marzo de 1939 (ABEV).

14 Ibid.

15 Ibid.

16 Ibid.

17 Memòries, vol. 2, 20 de marzo de 1939 (ABEV).

18 Memòries, vol. 2, 5 de agosto de 1939 (ABEV).

19 Memòries, vol. 5, 19 de noviembre de 1975 (ABEV).

20 Memòries, vol. 5, 20 de noviembre de 1975 (ABEV).

21 Memòries, vol. 5, 22 de noviembre de 1975 (ABEV).

22 Memòries, vol. 5, 2 de mayo de 1976 (ABEV).

23 Memòries, vol. 5, 30 de enero de 1977 (ABEV).

24 Memòries, vol. 5, 25 de enero de 1978 (ABEV).

25 Cròniques de la família Gudiol (ABEV).

26 Cròniques de la família Gudiol (ABEV).

Pour citer ce document

Guillem Cañameras Vall, « Memorias y correspondencia de Antoni Gudiol Ricart (1902-1987): episodios personales de la Historia de España entre Vic y Barcelona a lo largo del siglo xx » dans « Historias en primera persona. Egodocumentos del siglo XX español », « Travaux et documents hispaniques », n° 7, 2017 Licence Creative Commons
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Quelques mots à propos de :  Guillem Cañameras Vall

Universitat de Barcelona
Licenciado en Historia del Arte y Máster en Estudios Avanzados en Historia del Arte por la Universitat de Barcelona, actualmente realiza la tesis doctoral sobre el historiador del arte Josep Gudiol Ricart bajo la dirección del Dr. Joan Domenge en la misma Universitat de Barcelona. También destaca su interés por el campo de la conservación y restauración monumental con investigaciones sobre conjuntos como Santa Maria de Bell-lloc (TGN) o Sant Joan de les Abadesses (BCN). Desde el año 2015 es Académico de la Academia del Partal y socio del Comité Español de Historia del Arte (CEHA).